Tras conocerse los tejemanejes de corrupción relacionados con la Casa Real, y según las últimas informaciones que apuntan a la invesigación de una sociedad offshore con 100 millones de euros procedentes de Arabia Saudí de la que sería beneficiario el actual rey de España, junto con la denuncia de Corinna, de haber recibido regalos millonarios de su amigo el rey emérito, la única reacción del gobierno ha sido escurrir el bulto y quitarle hierro al asunto para evitar una investigación en España. Una vez más, el gobierno cierra filas con la monarquía como si aquí no pasara nada.
El propio Felipe VI, que hasta ahora no ha se ha dirigido al país en momentos difíciles para todos por la epidemia del coronavirus y las graves medidas por el estado de alerta sanitaria que estamos afrontando, ha tratado de lavarse las manos pretendiendo renunciar a la herencia de su padre, cuando precisamente por herencia ha recibido la corona y la jefatura del estado, y máxime sabiendo que legalmente no puede renunciar a la herencia mientras su padre viva.
No se trata de que devuelva los 100 millones y los done a la sanidad pública, se trata de que es indigno tener por más tiempo a esta monarquía ejerciendo la máxima representación del país en una sociedad pretendidamente democrática. Es evidente para todos que la Casa Real lleva años mezclada en los mas turbios asuntos de corrupción, y la sociedad española ha sufrido ya por demasiado tiempo a una institución inútil, anacrónica y corrupta como la monarquía, y todo lo que representa, como herencia de la dictadura y como carga económica e indigna para todos al consagrar el principio de desigualdad.
Los republicanos no hemos aceptado nunca la inviolabilidad ni la legitimidad de esta monarquía, siempre hemos denunciado la tolerancia del regimen con la corrupción. Hoy, España es suficientemente madura democráticamente como para no aceptar por más tiempo esta vergüenza y plantearse la necesidad de romper con ella exigiendo la renuncia a la corona del monarca para él y sus herederos y, en consecuencia, exigir también la formación de un gobierno provisional para la III República Española, dispuesto a organizar un proceso constituyente para darle la voz al pueblo una vez haya pasado la grave situación de pandemia que sufrimos.
En un intento de salvar su trono, el rey pretende dar un discurso mañana miércoles a las 21:00h. Para tratar de congraciarse con el pueblo y sortear el escándalo. Es hora de que la ciudadanía muestre su indignación. No podemos manifestarnos en la calle por la situación de alerta, pero podemos salir a nuestros balcones y hacer sonar nuestras cacerolas para decir:
Basta de monarquía!
#Felipeabdica!
#RepúblicaYA!